historieta (Cap. 2)

Me estoy enamorando de ti, no sé cómo pero está pasando- Es lo que pensaba todos los días, en eso, y en ella, no podía parar. Se despertaba pensándola, la soñaba, que quería tener a su lado, olerla, sentirla, besarla… “Ojalá todo fuera como lo deseo, como antes” pensaba él. No podía evitarlo, poco a poco ella le iba alejando, se iba alejando, se acabó el cariño, el afecto, las largas conversaciones de nada, los cumplidos, las sonrisas tontas, se acabó la ilusión, no la sentía ilusionada, cada vez la sentía menos, estaba cada vez más lejos.

-Espérame, mi futuro me llama, he de acudir- Le pidió.

-Te comprendo. Te esperaré- Aceptó él. Lo que no sabía es que la espera sería tan dura, tan solitaria, que le tocaría remar por los dos, que le daría más besos en sueños que en la boca, en sus hermosos labios.

El tiempo pasa y sigue soñando, sólo quiere que pase el tiempo para cumplir el sueño, sólo quiere un beso, sin nadie cerca, sin molestas miradas, sólo quiere un beso, ser ella y él, fundirse en la suavidad de sus labios, hacerle el amor en un beso, sólo quiere besarla, sentir cómo sus sentimientos se unen a ella en un momento efímero y eterno, y después abrazarla y dormirse a su lado, oliéndola, sintiéndola, queriéndola.

La espera es larga, los besos cortos, y “los sueños, sueños son”.